domingo, 3 de abril de 2011

El Pakefte uniformado.

El Pakefte ha estrenado sus galas de verano en una jornada muy concurrida. Con disciplina inusual, todos los miembros del Pakefte aparecían a las 8 de la mañana en Locademia, luciendo el flamante maillot azul...  ¿¿Todos?? ¡¡Noooo!! Roberto, a bordo de su artefacto amarillo, prefiere seguir vistiendo su ropa a juego con la máquina.  "Al fin y al cabo, como voy más bajo, no se me ve tanto". ¿¿Que no se te ve?? Cuando Roberto atraviesa un pueblo no hay peatón que no se percate y no se gire ante el espectáculo de la reclinada. Estamos perdiendo la oportunidad de rentabilizarlo colgándole anuncios publicitarios, podría ser una mina.

Algunas nubes amenazaban al norte, en teoría podría llover en Miraflores. A ratos asomaban tímidos rayos de sol, que todavía no calentaban, ni apenas lo hicieron el resto del día. El grupo se dirigió compacto hacia Colmenar a través del famoso surco del norte. En formación de a dos, entre conversación y conversación, a ritmo constante pero llevadero, se atraviesan los Pastaderos de Colmenar, ahora revestidos de un precioso color verde primaveral. Antes del desvío a Guadalix se acopla a nuestro ritmo algún ciclista madrugador, como nosotros. A esas horas se ve poca estética racerista. Se integra en el grupo un joven que pedalea a buen ritmo con zapatillas de tenis, sudadera y pantalón corto de tela de chándal.
Tras el desvío comienza la subida al Cerro de San Pedro y empezamos a compartir ruta con los primeros raceristas del día. Son unos ciclistas muy amables que saludan dando los buenos días y nos invitan a seguir su rueda. Ante su insistencia, José Manuel y Diego deciden acompañarlos un rato hasta el alto, momento en que se despiden muy cordialmente de ellos.

Antes de entrar en Guadalix nos encontramos con Paloma, a lomos de su flamante Willier blanca y roja, a juego con su chaqueta. Pero en seguida el grupo se divide. Algunos querían hacer 150 kms y otros queríamos volver a casa a comer. El líder va a hacer la ruta larga, pero su poder de convocatoria no es suficiente y un hatajo de despiadados conspiradores deciden alentar la insurrección, haciendo la ruta que estaba prevista oficialmente, en lugar de la disidente. La falta de autoridad del líder le lleva a reconocer que no se presentará a la reelección a menos que reciba la aclamación popular. El candidato oficialista, Pablo, al no haberse presentado a esta ruta, empieza a perder oportunidades. En la sombra algunos maquinan su estrategia para la carrera sucesoria.

El grupo oficial salió rumbo a Navalafuente y Bustarviejo, en un terreno inédito para algunos, que resultó ser un verdadero puerto de montaña. Los que conocían la ubicación del punto de descanso aprovecharon las últimas rampas para dar esquinazo a los que no lo conocíamos y se sentaron en la terracita esperando a ver cuánto éramos capaces de seguir subiendo los demás, antes de percatarnos de que nos habíamos pasado de largo. Cuando sólo había árboles y carretera empezamos a intuir que nos habíamos pasado. Le preguntamos a un señor, que nos dijo que el pueblo ya se había terminado, lo cual era obvio. Tuvimos que volver a bajar; nuestros compañeros habían tenido la deferencia de no empezar a comer hasta que no estuvimos todos en la mesa. El pincho de tortilla en Bustarviejo venía acompañado de un pan exquisito, y además tenía cebolla, lo que automáticamente le otorgaba un piñón más en ausencia del líder saliente. Consenso en la valoración: 4 piñones. 
 
Algunos de los nuestros pensaban subir a Morcuera, pero las rampas hasta Miraflores, con frecuencia superiores al 8%, hicieron mella en el ánimo del grupo y en Bustarviejo ya habíamos decidido que no habría más puertos. Para que José Manuel no protestara mucho, le decimos que aceptamos la vuelta por el Cerro de San Pedro.

A la salida de Bustarviejo coincidimos con un gran grupo de raceristas que nos piden permiso amablemente para ponerse a nuestra rueda, interesándose por la reclinada y los transportines. Nuestros acompañantes decidieron ir pasando por turnos para deleitarse con nuestras maravillas tecnológicas.

En Miraflores giramos a la izquierda para tomar la carretera de Soto, con un asfalto infame, pero propicia para rodar. Bajamos a buena velocidad con dos ciclistas vestidos de la selección española, y nos pasamos el cruce de Guadalix. Al final tampoco habría subida al Cerro. Buje fingió que se había despistado... ¡¡Huy, perdonad, es que con la charla no me había dado cuenta!!
 
En las rampas antes de llegar a Colmenar alcanzamos a un curioso grupo, un ciclista con el maillot de los Lagos y otro con una bici de montaña. Inmediatamente nos ponemos a hacer unos relevos largos muy efectivos, y se ponen a nuestra rueda. El de la bici de montaña lanza hachazos de vez en cuando, pero luego se viene abajo. No nos damos por aludidos. Nuestros relevos funcionan muy bien, bajo el férreo control de Buje, hasta Tres Cantos, momento en que todos empezamos a temer la proximidad del "Mortirolo". El de la bici de montaña, que ya había dado algunos síntomas de inmadurez a pesar de sus canas, ratifica nuestras sospechas haciendo un alarde en la rampa para adelantar a Roberto, levantando los brazos y gritando: "¡¡Te gané!!". A Roberto, Jesús y yo, estupefactos ante el espectáculo, nos dio por reír.

Llegamos a Locademia, donde Diego tenía preparada la sorpresa final, unas cervezas fresquitas en su coche, que compartió con quienes las quisieron. Después, cada mochuelo a su olivo, y a pensar en el 300 de la semana que viene.

3 comentarios:

  1. muy buena cronica Jose Antonio, muy buena.. lo del nuevo maillot no nos va a venir muy bien, me da la impresion de que a partir de ahora se van a picar con nosotros mas que con la bici de roberto, menos mal que nosotros no caemos en ese juego :-)

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  2. buena crónica compañero, mu'xactame has narrado el rodeo, pero el san pedro inverso fue para jesús nuñez y guilla maravilla, que yo andaba en la tribuna sin pagar, lástima que nos perdimos la foto finish

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  3. Perdón por confundiros. La memoria me jugó una mala pasada, pero efectivamente, eran Jesús y José Manuel.

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