lunes, 20 de abril de 2015

Las fuentes del Randonneur - Brevet de 200 km en Salamanca

Pues el despertador no sonó, porque me desperté un poco antes, a las 4,30 de la mañana, para terminar de preparar todo, pero también cuentan los preliminares: el sábado, partido de tenis a cara de perro, para luchar por un puesto entre los 4 primeros del Campeonato gotenis, Segunda División, grupo b -www.gotenis.com-, que terminé perdiendo en el taibreak del tercer set. Dos horas y medias extenuantes, pero mucho mas suaves de lo que me esperaba: ir a Ikea para devolver algunas cajas y poder comprar otros artículos imprescindibles. Visita al Leroy Merlín, vuelta al Ikea a comer albóndigas de carne de caballo y rematar la tarde en la exposición, volviendo a casa a descargar lo comprado. Preparar las cosas del día siguiente, y acostarme cerca de la 1.

Con Josu en el coche charlando sin parar, llegamos a Salamanca, al lado de la puerta de Zamora y buscamos el lugar de inscripción. Saludos a Paco, a Gene, a Ramón, a Pepe y a algunos mas. Da gusto volver a ver a determinadas personas.


Salida hacia Zamora, por las zonas de sube y baja habituales en esa dirección, recordando cuando hice ese camino a la inversa en el 600 de hace 4 años, después de la tormenta, junto con Edu, Agus y Buje. Llegada a Zamora y a escape hacia otra zona aún peor de sube y bajas con campos verdes y amarillos por todas partes. Entramos en La Hiniesta porque tiene un pórtico muy bonito, acompañado de una buena cuesta. El tiempo, fresco y con nubes muy oscuras.  Sellamos en Carbajales de Alba, con 94 km hechos, un café y sandwich y medio que llevaba en la bolsa, y seguimos hacia una zona aun mas bonita que la anterior, ya en los Arribes del Duero: espectacular paisaje, espectaculares obras públicas, puente diseñado por Eiffel y subida de unos 3 km que no parecía acabar nunca. Ahora ya hace mas calor.

Llegamos a Moralina y algunos se quedan a comer algo. Continúo con Paco y Gene hacia Bermillo y alli paramos a tomar un bocadillo: en el bar, la dueña me dice que "bocadillos hay si los hago, porque no se si los haré..." Me hace uno de tortilla (menos de 1 piñón), cocacola y tiramos a subir hacia Almeida, donde está el penúltimo control. Sellamos, tomamos café rápidamente y salimos escapados hacia Salamanca. Antes, una carretera gotosa-botosa, que pone a prueba el nuevo dispositivo para sujetar móviles al manillar. A un ritmo muy vivo seguimos por la comarca de Sayago, con sus típicas vallas de losas de granito apretando en cada cuesta y tirando fuerte en el llano. Cuando nos quedan 37 km me entero que Roberto ya ha llegado a Salamanca.

Un poco antes de salir a la nacional, me descuelgo porque aquello es demasiado para mi. Además, ando con un calambre que me viene y me va en la zona femoral de la pierna izquierda, que me obliga a cadencias altas en las subidas para no forzar demasiado. La cuesta del Helmántico hace que me arrastre un poco, pero ya estamos tan cerca que todo da igual. Llegada a la gasolinera gloriosa de la puerta de Zamora, creo que eran las 19,10 de la tarde.

Lo mejor: sin duda, volver de nuevo al randonerismo como lo aprendí hace años, con los Amigos de la bici de Salamanca, con su estilo, a su forma que siempre he querido que fuera la mía. Paisajes espectaculares, sin tráfico, día de sol sin demasiado calor. Beber de las fuentes del Randonner.

Lo peor: esos calambres desde el km 120 que me anduvieron molestando y fueron a mas en cada subida de la parte final.

El resumen: hoy no me duele mas que el culo, pero me noto bien de piernas y de ánimo para afrontar el próximo 300.

¡Qué difícil es hacer 200km en bici!

Antonio González. 



Foto: París-Brest-París 2003, con los Amigos de la Bici de Salamanca

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