lunes, 21 de febrero de 2011

Mi primer 200 (Ya soy randonneur)


Aquí otra visión de lo mismo, muy recomendable, por Jose Antonio Jimenez.

En realidad este 200, para mí empezó mucho antes del jueves, desde un par de semanas antes prácticamente todos los días he dedicado ratos a leer crónicas de Brevets en Internet, a decidir qué es mejor llevar y qué no, a hacer estiramientos pensando en estar lo mejor posible el gran día... Estudiando con detalle las predicciones erráticas de Maldonado y Ogimet...

El miércoles pasé por Seco donde Xeno me dejó la bici como nueva explicándome además qué iba haciendo ¡Muchísimas gracias!

Después de mucho deliberar, el jueves, decidí llevar transportín y bolsa, iba a estrenar el equipo que me regaló Roberto hace unos meses porque con su máquina reclinada ya no lo usaba. Lo que me acabó de convencer fue la recomendación de Antonio de llevar ropa seca por que ya estaba bastante claro que nos íbamos a mojar, la duda era si mucho o muchísimo.

El viernes reservé la tarde para preparar con calma todo lo que iba a llevar y a eso me dediqué, con consultas meteorológicas intercaladas cada poco tiempo. Y conseguí irme a la cama después de un buen plato de pasta con setas frescas a las once y pico, no solo eso, me dormí enseguida.

Llega el sábado, me levanto a las 6:15 y más o menos silenciosamente me visto, repaso mentalmente que no me deje nada, lleno los bidones, guardo las gafas de ver en la alforja por si acaso, desayuno como un día normal y...


A las 7:25 salgo de casa, un poco justo pero es que me he estado peleando con un a lentilla un buen rato. No llueve, esto empieza bien, decido ir a Sainz de Baranda a coger el metro que, aunque me fastidia por la cantidad de escaleras que tiene, es una estación más que Ibiza y no estoy para perder metros.

A eso de las 8 menos 10 llego a Vicálvaro y aquí ya si cae una lluvia fina, pienso que si aguanta así todo el día tampoco es para tanto y que lo vamos a llevar bien y en estas llego hasta el bar la Escopeta donde ya están todos menos Jaime y Josu.

Cuando digo todos me refiero a Agus, Antonio, Roberto, Edu, Jose, Buje, Guilla, Juan, David, Diego y Jesús. Que me dicen que me dé prisa en inscribirme que hay que salir casi ya. Me inscribo y vuelve el come come a rondarme en la boca del estómago tengo ganas de salir pero estoy acojonado.

No está claro cuándo se sale pero Juan nos dice que tenemos permiso para ponernos en marcha y en ese momento aparece Jaime, hace el papeleo y salimos. Mientras le esperamos observo que todos, menos los novatos llevan una gorra o una visera bajo el casco(primera lección de hoy).
Llueve un poco y salgo entre ilusionado y muerto de miedo. El ambiente es bueno y parece que el Pakefte va a rodar en cabeza unos Km.

Nos despedimos de Roberto y Edu a los que no volveremos a ver desde el km 5 o así, llegaron bien y un par de horas antes que nosotros.

Al pasar la Poveda ya empieza a llover seriamente, sin embargo la conversación es optimista y rodamos a un ritmo muy bueno, sin gastar de más. Creo que un poco antes de Arganda nos pasa Fran Vacas, saluda y le jaleamos, es de otro planeta...




Después de pasar Arganda empiezo a notar algo en mi rueda trasera e intento negármelo, vamos en grupo, el ritmo es bueno, llueve un poco menos... pero lo tengo que reconocer, he pinchado y tengo que parar. Rápidamente se organiza la cosa, Agus y Antonio se quedan conmigo y el resto sigue. La verdad es que agradezco tanto una cosa como la otra. A los que se quedan por no dejarme solo y a los que se van por liberarme de la presión de parar al grupo. Agus tiene una espuma que usan los motoristas que, al menos en teoría, permite llenar de nuevo la cámara y seguir rodando hasta un lugar resguardado para cambiar con comodidad. El invento parece funcionar bastante bien y así llegamos a San Martín con idea de cambiar la cámara en la gasolinera de Ciempozuelos. Allí un tipo nos hace señas y cuando nos acercamos vemos que es Luis que ha venido, no se anima a coger la bici pero sí que nos anima a los demás, qué alegría. En una rotonda primero Agustín y luego el menda nos comemos un bache invisible gracias al charco en el que estaba, Agus sale ileso, pero yo pellizco la cámara por ir baja de presión y unos metros más adelante paramos a cambiar. Afortunadamente ha dejado de llover. Mientras desmonto aparecen Guilla y Jaime con sus bicis y Luis en coche.
Ellos aprovechan para comer algo y yo cambio la cámara. Siguiendo los consejos de Antonio lo hago despacio y bien y en unos minutos nos despedimos de Luis y reanudamos la marcha los 5 juntos. Pronto vuelve a llover.





De los que van por delante no tenemos noticias así que vamos regulando con idea de alcanzarles en el primer control. Pese a la lluvia y al pinchazo la conversación es amena y positiva. Creo que la clave ha sido que no hace frío, al agua uno se acostumbra y llevando cuidado se va casi bien.

Así seguimos hasta que llegamos a la primera subida del día, poco después de Aranjuez y es aquí donde suceden dos cosas, la primera es que conozco en persona a Radio María que subía cantando una canción de lo más pía y la otra es que perdemos a Guilla y Jaime durante unos kilómetros aflojamos el ritmo bastante para que nos alcancen pero, como no aparecen, decidimos seguir y reagruparnos en el punto de control en Huerta de Valdecarábanos. Luego supimos que una conductora algo torpe había atropellado las gafas de Guilla y que eso les había retrasado.

En un punto de este tramo, como deja de llover, Agus decide adelantarse un poco y sacar la cámara de vídeo que ha traído y hacernos un documental a Antonio y a mí. Nada mas sacarla empieza a llover de nuevo, parece que Murphy también estaba inscrito. Cuando empieza a grabarnos es cuando tiene a bien pasarnos un jeep de la Guardia Civil, debieron flipar tanto con un tío montando en bici mientras filma que ni nos dijeron nada, eso o es que iban tan cómodos dentro del coche que prefirieron ignorarlo.

En el bar de Huerta de Valdecarábanos nos extraña bastante no encontrar al grupo que iba por delante pero el misterio se resuelve cuando van apareciendo y nos cuentan que nos han visto pasar por Aranjuez pero no nos hemos enterado y resulta que desde Aranjuez hemos ido nosotros por delante. Aquí los que nos hemos saltado el pincho de tortilla de Aranjuez nos tomamos la revancha con unos buenos bocatas. Es una alegría encontrar de nuevo a los compañeros que ya empezábamos a dudar si veríamos. La pinta que llevamos, sobre todo algunos, es lamentable.



Desde ese punto seguimos la ruta más o menos juntos, Juan y Josu salen antes en todas las paradas pero les vamos alcanzando en las siguientes, es un gusto rodar juntos, la compañía y la conversación hacen que la lluvia y los kilómetros caigan sin que uno se entere.

Así seguimos sin novedades por unas carreteras francamente agradables hasta Villarrubia de Santiago donde sellamos en una gasolinera, yo aprovecho para meter aire a la rueda trasera porque con la bomba es difícil llegar a la presión óptima y Jaime y yo, a pesar de que nos esforzamos en que nos apetezca algo de lo que venden, salimos sin comprar nada. Decidimos de común acuerdo que vamos a parar a comer en Chinchón y vamos saliendo, unos un poco por delante y otros vamos por detrás, en Chinchón nos veremos.

Al salir tenemos primero una bajada en la que paso un pelín de frío y, enseguida una subida hasta Colmenar de Oreja que es una auténtica gozada, una carretera bonita, bonita, con muy poco tráfico y con un montón de randonneurs avanzando, cada uno a su ritmo. Además, ese rato, no llueve.

El principio es lo más duro y así me lo avisa Antonio cuando veo a Jaime muy suelto de cadencia y me acuerdo de que tengo tres platos, meto el pequeño, bajo un par de piñones para no ir demasiado suelto y empiezo a subir cómodo. Dejo que Antonio, Buje y Jesús se vayan un poco con intención de cogerles luego y veo que unos cientos de metros más alante va Juan sólo, decido apretar un poco y alcanzarle para charlar un poco con él. Así lo hago y creo que paso a Diego que me dice ¡Qué bien vas! Toma subidón... Llego a la altura de Juan y entre comentarios y anécdotas coronamos. Me dice que va a parar un segundo y que siga, que él sigue luego con el grupo y así hago, con intención de alcanzar a los que llevaba por delante. No lo consigo pero gracias al GPS cruzo Colmenar de Oreja sin errores y sigo en solitario hasta Chinchón francamente a gusto, apretando un poco más pero sin pasarme. Ya me lo ha dicho Agus esta mañana, hay que ir piano-piano (gracias por enseñarme a dosificar, Agus). Un poco más adelante veo cómo llegan Antonio y Buje al bar, al final me han sacado poco tiempo.

Aquí nos juntamos todos menos Agus que prefiere rodar solo hasta San Martín y esperarnos allí y comemos, unos lo que traen y otros lo que compramos, comentamos el día y estamos todos bastante optimistas, nos quedan 70km y la sensación general es que vamos a terminar todos sin problemas. Diego repara un pinchazo dudoso y yo creo que es más por mantener la leyenda del gafe que por otra cosa, porque mi pinchazo y el suyo, si es que lo fue, son las dos únicas incidencias mecánicas del día lo que no está mal para 200km y 11 ciclistas.



Salimos juntos y vuelve a llover, a ratos bastante, a ratos un poco menos y así seguirá hasta el final.
De Chinchón a Ciempozuelos voy sin enterarme, el bolsillo de la alforja en el que llevo las herramientas no soy capaz de cerrarlo del todo y varios compañeros me avisan, la culpa es del barro en el que voy rebozado que ha atascado la cremallera pero prefiero no parar y confiar en que no salte nada y así charlando y pedaleando llegamos hasta San Martín de la Vega donde nos esperan Juan, Josu y Agus. En realidad sólo nos espera Agus porque Juan y Josu salen disparados enseguida.
Diego y Jesús no paran porque no se han podido inscribir por no tener licencia y no necesitan sellar, la idea es alcanzarles luego.

Al salir intento encender mi luz trasera pero no hay manera parece que no se lleva bien con el agua y aprendo otra importante lección. Es mejor llevar dos luces traseras por si una falla. Como rodamos en grupo no es muy grave, pero si me hubiese quedado solo no hubiese ido nada cómodo.

Estos últimos 40 km se me pasan muy deprisa, se me juntan la satisfacción de ver un reto al alcance de la mano, el come-come de saber que hasta que no acabemos no se puede cantar victoria, las ganas de llegar que hacen que empieces a notar el culo cansado... y en estas ando cuando en un bache me salta algo de la alforja. Es un desmontable, paro, retrocedo, lo recojo y sigo. Buje y Josu han aflojado para esperarme, todo un detalle. Seguimos hasta que poco antes de la cuesta del Cristo de Rivas paramos para reagruparnos todos y llegar juntos.




Aquí me sorprendo a mí mismo, llevo 190km y estoy subiendo una cuesta semi decente con muy buenas sensaciones, tan buenas que me dejo llevar por el disfrute y sin darme la cuenta avanzo solo y despacio. En esto me alcanza Guilla que había parado y me dice que tiremos un poco y tengo fuerzas incluso para acabar con alegría. Me doy cuenta de lo importante que ha sido ir reservando y conteniéndome. Gracias a quienes me lo habéis ido recordando.

Antonio sufre una especie de éxtasis al pasar por Mejorada y a mí me da por emular a Radio María y sus cánticos. Lo que nos queda son prácticamente nuestros Campos Elíseos, rodamos en grupo, con sonrisas radiantes e incluso nos atrevemos a decir en voz alta que hemos tenido suerte con los pinchazos. De ahí a la plaza de la Vicalvarada llegamos sin darnos cuenta de que llueve. Llegamos, sellamos, nos hacemos las fotos de rigor, cerveza (sin alcohol en mi caso) en mano y empezamos a pensar en el 300. Creo que me he enganchado a esto.


PD: Notas para futuras ocasiones:
Una gorra puede venir bastante bien si llueve y sirve para distinguirte de los novatos
Lleva dos luces traseras, todo puede fallar pero es el doble de difícil que fallen las dos
¿No dijiste en el “de sol a sol” que ibas a buscar guardabarros?

8 comentarios:

  1. Qué envidia ese subidón de tu primer 200, es una sensación muy bonita.

    No sólo los novatos se olvidaron la gorra para evitar las gotas de lluvia en los ojos, muchos veteranos se la olvidaron también, debe ser porque hace mucho que no hacíamos un 200 con agua. Menos mal que la llevé, porque con las gafas y lluvia sería impensable ir sin gorra para mí.

    Gracias por la crónica y hasta el 300.

    ResponderEliminar
  2. ENHORABEUNA Y MUCHÍSIMA SALUD...!!!
    Sebas.

    ResponderEliminar
  3. muy buena cronica pablo, exactamente igual que la hubiese contado yo, cambiando momentos en los que no ibamos juntos y la relacion entre mis gafas y la dueña del coche.. pero por lo demas, las mismas sensaciones, el mismo miedo antes de la prueba y el mismo subidon despues de haberlo conseguido.
    yo tambien he descubierto que me gusta esto de la larga distancia, me gusta la calma (aunque no siempre pueda contenerla) y que no me gusta la lluvia, pero se puede llevar!!

    ResponderEliminar
  4. Qué envidia...
    Ojala algún dia me pueda unir!

    ResponderEliminar
  5. Aunque falta un mapita del recorrido ¿no te parece?

    ResponderEliminar
  6. Enhorabuena jóvenes, muy entretenida la crónica

    ResponderEliminar
  7. Enhorabuena compañero. La próxima brevet espero hacerla en vuestra compañía, que esta vez no fue posible.

    Si queréis tener un punto de vista adicional, he puesto mi crónica en mi blog:

    http://ciclocubin.blogspot.com

    ResponderEliminar