lunes, 2 de junio de 2014

Crónica de la Brevet de 300 km - Algete - 31 de Mayo de 2014

Esta es la videocrónica de mi Brevet de 300 km del pasado sábado:




Se lo debía hace tiempo al bueno de José María Benayas, uno de los históricos del ciclismo de ultrafondo en España, que siempre hace gala de su pueblo y organiza una serie de brevets saliendo desde allí para recorrer diversos parajes de la no tan conocida "llanura(?)" manchega.

Así que nos presentamos en el Bar Sol a las 6:30 h. de la mañana mi compañero Buje y yo mismo, incluso antes de que llegara el propio Benayas. Ambiente familiar y acogedor, sin ningún tipo de presión para afrontar una brevet en la que el principal problema podía estar en la previsión de viento del noreste, que nos haría mucho daño en el tramo de vuelta.





Un minuto de silencio en la plaza de Yepes para recordar a Arcadio Díaz, ciclista cuya memoria da nombre a esta brevet, pequeño aplauso de guantes sordos y se da la salida oficial. Comenzamos a rodar en un grupo bastante compacto, en posiciones intermedias, formado por unos 12 ciclistas. Algunos salieron más rápido y otros se quedaron en un grupo más tranquilo, un poco por detrás.





Los kilómetros pasaron volando, nunca mejor dicho, a una velocidad superior a los 31 km/h de media durante el primer tercio de la ruta, empujados por el viento a favor. Así llegamos, casi sin darnos cuenta, a las estribaciones del Parque Nacional de Cabañeros. Tráfico muy tranquilo y buen tiempo, aunque algo frío porque el viento era de componente norte-noreste. 




Tras una pequeña subida, nos dejamos caer al interior del Parque Nacional y llegamos a Horcajo de los Montes, con dos horas de adelanto sobre el horario -bastante conservador- que Buje y yo nos habíamos marcado. Yo estaba muy contento de circular con ese grupo, porque la compañía de una rueda buena siempre es de gran ayuda, y ese era el caso. 

Buje tenía sus dudas, pero aceptó seguir con el grupo, al menos hasta la hora de la comida. Una vez en la cara Sur del Parque Nacional, comenzábamos a tomar dirección Noreste, y ahora empezábamos a darnos cuenta de que, efectivamente, hacía bastante viento. Pero todavía estábamos por encima de los 30 km/h de media.

Llegamos a comer a Pueblonuevo del Bullaque con casi tres horas de adelanto sobre nuestro horario previsto, por lo que decidimos parar tranquilamente y tomarnos con calma el resto de la ruta. 

En ese punto afrontaríamos los dos puertos de la jornada, la cuesta de la Toledana y el Comendador, bajando al valle de los Cortijos entre ambos puertos. A la salida de Los Cortijos nos separamos del grupo para ir un poco más tranquilos, y en ese momento hizo acto de presencia la mala suerte. 

Se me rompió un radio de la rueda trasera, que se quedó completamente descentrada, rozando con el puente de freno e incluso la cubierta rozaba con la vaina lateral del cuadro. Buje me ayudó a conseguir que la rueda pudiera rodar un poco, aunque para ello tuve que desconectar completamente el freno. Esto me obligó a tomarme el resto de la ruta con demasiadas precauciones, pero lo peor estaba hecho. El viento en contra haría de freno a partir de ese punto.

Los últimos 80 km discurrieron sin mayor novedad. Las precauciones fueron dando paso a la tranquilidad de que parecía que podría acabar la ruta, y aunque el viento seguía soplando, la gran ventaja acumulada que llevábamos nos permitió terminar con luz diurna (aunque numerosos relámpagos nos rodeaban en diversos puntos del horizonte). Nos libramos de la tormenta y llegamos sanos y salvos a Yepes, con una velocidad media de 26 km/h, menos de 12 horas pedaleando y menos de 2 horas de paradas totales. Una brevet de libro, incluso superando la avería mecánica. Más no se puede pedir.




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